Desenlace de los Derechos Humanos; Ciudad de Bogotá D.C


Antes de comenzar, es  indispensable resaltar  que sólo cuatro meses de continuo seguimiento y observación del tema de los Derechos Humanos, a través de los medios de comunicaciones convencionales y no convencionales, incluyendo la amplia polarización y manipulación de la información por parte de estos medios, resulta insuficiente para lograr entender y analizar a fondo las dinámicas generales que ocurren en la ciudad de Bogotá con respecto a este campo de actividad fundamental que abarca todos los ámbitos de la cotidianidad de un país.


Bogotá Distrito Capital, la ciudad con mayor tasa de crecimiento demográfico en Colombia. Sinónimo de caos, delincuencia, abusos e intolerancia, pero también de progreso, trabajo y oportunidades. Es para muchos la ciudad ideal para el desarrollo personal integral. Para otros en cambio, un conglomerado de individuos que en su mayoría no poseen respeto alguno por el prójimo y por la vida. Durante los cuatro meses de este curso vimos y escuchamos insólitas  historias que van desde la creación masiva de jardines y guarderías gratuitas para los sectores  marginados de la ciudad, hasta  personas que por falta de tolerancia  empujan a la calle a otra persona en una estación de transmilenio, situaciones de discriminación, violencia simbólica, violencia de género, muestras generales de violación y vulneración a los Derechos Humanos.  Escandalosos sucesos que no tendrían porqué estar ocurriendo en pleno siglo XXI, menos en una sociedad “civilizada”, que vive en continua auto-veneración a raíz de los supuestos valores morales que dice poseer, y el clemente código o norma jurídica suprema, la Constitución Política de Colombia, cuya sólida estructura dice estar construída sobre múltiples y justos deberes u obligaciones, Derechos o beneficios, que respaldan a todos y a cada uno de los individuos que viven en esta Nación, sin excepción.

Romper con los roles e imaginarios, perjuicios y prejuicios de la sociedad, implica la mejora de la educación, el reconocimiento de la diversidad, la reformulación de la familia, una política para la paz o renovación de la cultura ciudadana. La estructura mínima de la sociedad ha sido objeto de debates y en especial la naturalización de la misma. La comunidad LGTBI por ejemplo, se encuentra todavía en la lucha contra la heteronormatividad y la incapacidad de gozar de los mismos Derechos que una pareja heterosexual. A lo largo de estos cuatro meses, pudimos incluso verificar cómo la divulgación de información es de los negocios más rentables y provechosos a la hora de enriquecer o estropear la imagen de una persona y/o Institución, organización. De la misma manera, cuan fáciles somos los espectadores de ser engañados. Los bogotanos en su mayoría creen todo lo que dicen las noticias, en un magazine o en una propaganda. “Que  lo dijo J Mario”, “Que  lo dijo Vicky Dávila”. Son frases que suelen escucharse con frecuencia en las conversaciones de los ciudadanos, acerca  de los hechos más significativos en materia de Derecho. La cuestión aquí vendría a ser la falta de interés de la mayoría por conocer lo que realmente pasó y está pasando en la ciudad. Pareciese que no existiera curiosidad por comprobar si ‘’X’’ hecho realmente ocurrió tal y como lo plasmaron en las noticias. Vivimos aislados de la realidad en que vivimos, creyendo que las nuevas políticas públicas, cambios en el funcionamiento de las entidades estatales y las situaciones alarmantes en la ciudad jamás conseguirán afectarnos.


Derechos Humanos es la coyuntura que prevalece sobre las demás, no sólo en el ámbito gubernamental, sino que habita en el simple acto de ser humano. Los fenómenos observados son relevantes frente a las subjetivas opiniones pesimistas de análisis, ya que es considerable mediante los movimientos cívicos, rescatar la unanimidad, más que limitarse a hablar de consolidación de paz. Por lo tanto, se hace  indispensable la participación de la ciudadanía en acciones políticas constituyentes para la misma. El conflicto y la violencia producen un impacto devastador que genera  profunda inestabilidad y ruptura no sólo en los ámbitos político, económico y cultural, sino también en el  tejido  social. Manifestaciones pacíficas, como la marcha por la vida, la marcha estudiantil y la protesta de los educadores, llevadas a cabo en estos meses y en la capital. Evidencian, tanto la prontitud de los ciudadanos hacia la ejecución de esa ‘’ideal’’ Constitución Colombiana, como la deficiencia de  entidades que suponen una efectiva práctica y ejecución de ésta. Es así como la corrupción consigue ser la principal protagonista dentro de los procesos judiciales, sea por parte de los sujetos que manejan las Entidades Políticas y/o Estatales, los organismos de control, los sujetos civiles, o los mismos dirigentes que rigen nuestro país.














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